Fue el padre de los zapatos empolvados, de la chaqueta vieja... Aquel que con su carisma y su pasión por ayudar a los más pobres llegó a Arequipa en 1958, año en que la ciudad sufrió el terrible terremoto del 58. Su entrega e infinito amor a Dios, a través del prójimo, lo llevó a realizar una de las obras sociales más grandes contra la pobreza y la miseria en Arequipa y el Perú.
Formó los grupos de "Ayuda Mutua", construyó más de 7000 viviendas para las personas que lo habían perdido todo. Hoy, los más de 15 mil alumnos que estudian en los 35 centros educativos que él construyó, y los más de 450 niños huérfanos de los 8 albergues "Sumac Wasi" irán a despedir a aquel hombre, cuya vida fue una enseñanza de desprendimiento, entrega y amor al prójimo, entonando aquellas frases del Himno de Circa:
"Justicia, Caridad y Fe
es la meta de nuestro afán
que llene el ansia inmortal
de nuestro hermano en el trabajar..."
"...con la roja sangre de nuestro dolor
sucumbir en la lucha noble y esperar,
primaveras de resurrección
resurgir de pueblos hacia Dios..."
"...Hasta morir, hasta triunfar
lucharemos en unión
con amor y con fe
con entrega total
al servicio de Cristo..."
A los 90 años nos dejó, su muerte deja acongojados a millones de personas que lo conocieron, aquel hombre que en todo camino y jornada estuvo siempre con su gente, aquel cuyo corazón era una casa de puertas abiertas... No es preciso ni decir todo eso que te digo, pero es bueno así sentir que yo tengo un gran amigo", aquellos que lo recordamos, nunca olvidaremos sus lágrimas cuando veía un niño desamparado, y siempre recordando lo que él nos decía: "Dios nunca muere", y mientras Dios esté en los corazones de los integrantes de CIRCA, CIRCA estará siempre presente.
Hoy vuelve a su Arequipa para quedarse siempre con nosotros. Hagamos que su obra sea eterna y siga creciendo... es lo que él quería.
Miguel Angel Madueño M.